Debemos comenzar por conocer el historial financiero de cada cual. ¿Cuáles son nuestros activos y cuáles son nuestras deudas? ¿Cómo nos procuramos nuestro dinero? ¿Cuáles son nuestros objetivos financieros de corto y largo plazo?
Debemos tener en cuenta que después de casados los dos pasamos, de igual manera, a ser responsables por nuestras deudas y por cualquier obligación contraída. Si uno de los miembros de la pareja no tiene un buen historial crediticio, entonces es aconsejable que mantengamos separadas las cuentas de tarjetas de créditos y préstamos. El historial negativo de uno de nosotros puede afectar a la pareja cuando queramos pedir un préstamo. Si éste es nuestro caso, debemos prioritariamente establecer metas para reparar el historial del afectado.