¿Qué debo saber sobre el uso de anticonceptivos naturales?
Un método anticonceptivo es cualquier forma que se emplee para impedir la fecundación al tener relaciones sexuales.
Existen los llamados métodos naturales, basados en el conocimiento que tiene la pareja sobre los procesos de la ovulación y de la fecundación, y la utilización de esos conocimientos durante el ejercicio de las relaciones sexuales a fin de decidir si desean concebir o no un hijo durante la misma.
Estos métodos de planificación familiar son apoyados y promovidos por la Iglesia Católica para la práctica de vida denominada “paternidad responsable”. Con ellos no sólo podemos evitar embarazos, también podemos utilizarlos para llegar a una fecundación exitosa.
Entre estos métodos naturales los hay poco efectivos como:
La ovulación ocurre aproximadamente 14 días antes de terminar el ciclo menstrual. Si tenemos un ciclo de 28 días, entonces la ovulación ocurre el día 14, con un margen de más o menos dos días. Esto significa que el período fértil de la mujer es durante los días 12 al 16 del ciclo, contando a partir del primer día que comienza la menstruación.
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Pero además, hay que tener en cuenta que el óvulo puede sobrevivir unas 28 horas, por lo que debemos cuidarnos hasta el día 17 del ciclo. También, los espermatozoides dentro del útero pueden llegar a vivir unas 72 horas, entonces debemos cuidarnos desde el día 9 del ciclo.
En resumen, para evitar un embarazo tendríamos que abstenernos de tener relaciones sexuales desde el día 9 hasta el día 17 del ciclo.
Desde luego, este método es sólo aplicable a mujeres que tengan un ciclo menstrual muy regular e incluso para éstas es un método poco fiable, porque el ciclo menstrual puede variar por múltiples otros factores internos y externos.
También hay otros métodos naturales seguros. Las principales dificultades de éstos son que la pareja tiene que tener mucha disciplina y estar muy motivada para llevar el control de observación y anotación, además de que requieren de un aprendizaje correcto para llegar a conocer e identificar los diferentes momentos donde las posibilidades de que ocurra la fecundación son más o menos altas. Ellos son:
Este método identifica con certeza el período post-ovulatorio y por tanto circunscribe estrictamente el período de infertilidad a los días posteriores a la subida de la temperatura.
Si tenemos menstruaciones regulares podremos, durante tres meses seguidos, medirnos la temperatura diariamente en la cama a la misma hora por la mañana, después de haber dormido suficientemente y antes de comer algo; siempre de la misma forma por vía sublingual, vaginal o rectal, para así poder establecer con bastante acercamiento cómo es nuestro ciclo. Una vez determinado, podremos considerar que 5 ó 6 días antes y hasta un día o dos después del aumento de temperatura existe el riesgo de que quedemos embarazadas si tenemos relaciones sexuales. (Esto no es muy seguro para el caso pre-ovulatorio).
En el momento de la ovulación, el moco cervical es elástico, transparente, abundante y bastante fluido (parecido a la clara de huevo). Esto dura aproximadamente unos 2 ó 3 días.
Durante los días no fértiles posteriores a la menstruación apenas hay secreción y después del período de ovulación, la secreción es más turbia o blanquecina y menos abundante.
Existe la dificultad de que la apariencia del moco cervical puede alterarse si hay alguna infección vaginal y que algunas mujeres nunca llegamos a aprender a observar adecuadamente los cambios que en él se producen.
La utilización más adecuada de este método es cuando lo que estamos buscando es precisamente un embarazo, porque podemos concentrar las relaciones sexuales durante el momento que tenemos más posibilidades de concebir. Como método anticonceptivo es especialmente inseguro durante la menarquia o antes de la menopausia.
Este método bien llevado, lo que implica perseverancia y autocontrol, es efectivo en aquellas mujeres de ciclo regular.
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